Invocación

He pedido recordar y regresar a aquel lugar      donde la luna emerge del mar, Donde el sol se duerme y revive entre desiertos,      tundras, selvas, bosques, montes, o la sordidez de esta ciudad. Donde la aurora es mi guía, me da vida y valentía,      y la brisa me acerca a la Verdad. He pedido encontrar, explorar, ya sanar      los confines de esta sacra Tierra desangrada, Fundir el vientre del volcán, el acero del glaciar,      curar esta inmensa majestad de piel y agua, En la arcana intimidad de su silencio,       con la paz del viento en mi interior. He pedido regresar a aquel océano de paz,      recobrar la luz del alma, diamante en mi corazón. He invocado el don del cuervo, el ciervo, el puma,      el leopardo, el águila, el delfín; He querido asimilar y apaciguar esa virtud -      simetría y fuerza natural del tigre - Dormir entre mis brazos esa furia, esa angustia,      y saber que soy yo quien va a dormir y revivir. He gritado, he sufrido, he llorado entre los hombres      combatiendo mi ignorancia y mi terror: La duda oscura, el temor de mi razón -      oro gris, ciudad y guerra - nefasta ilusión. He crecido y he reído, feliz y agradecido,      al escuchar en mí la voz de Dios.. He pedido recobrar aquellos tiempos de paz,      recobrar la luz del alma, diamante en mi corazón. He invocado, he pedido a mis ancestros y maestros      sabiduría, protección y bendición. He pedido transformar dagas y anillos,      toda muestra de mi orgullo débil, temporal, Revelar la llama azul del hombre eterno -      perfecto templo de la vida en esta flor. He rezado con llanto sobrehumano      por trascender las penas de mi humana inanición. He callado, he escuchado y observado      designios y misterios del universo en mi interior: Comprender que el ser es lo divino,      y es eterno, está en mí y en derredor. He pedido regresar a aquel océano de paz,      recobrar la luz de alma, diamante en mi corazón. He pedido ser capaz de transmitir esta verdad,      llenar estas palabras de luz, fuerza y amor. He invocado      con vehemencia,      en silencio,      nuestra unión. (Barcelona, 01/2002)